Otra definición, entre otras, dice que es el conjunto de cualidades propias que condensan elementos biológicos, psicológicos y socioculturales que conforman un todo propio e individual que aparece ante los demás y modula el comportamiento. Hay tres puntos a destacar de la personalidad:
- Es una unidad de elementos que constituye un sello peculiar y propio.
- Es la forma de responder ante los estímulos y circunstancias de la vida, que es donde se ve cómo unas cualidades destacan sobre otras, siendo estas las que caracterizan al sujeto.
- Integra el conjunto de las funciones psíquicas y da como resultado el comportamiento.
Si nos paramos a pensar, descubrimos que podemos definir muchos tipos de personalidad o cargar de atributos la personalidad de cada individuo. Allport y Odbert encontraron en la lengua inglesa cerca de 18.000 palabras que podían utilizarse para definir la personalidad, muchas de ellas coincidentes. La tarea de la psicología es determinar qué cualidades son verdaderamente definitorias y relevantes para poder caracterizar y denominar la personalidad. Hay dos criterios que son los más usados para definir la personalidad: el tipo y los rasgos.
La tipología permite clasificar a los individuos según tipos, de forma que siempre quedaría uno encuadrado dentro de uno de ellos. Estos tipos de personalidad se basan en características psicológicas, el psicotipo, y morfológicas, el biotipo.
El rasgo se refiere a cualquier aspecto de la personalidad bastante importante como para caracterizar o distinguir, como ser tímido, pesimista, trabajador o simpático. La definición de los rasgos es el método más empleado para describir la personalidad de un individuo y son estos los que determinan y miden los test de personalidad. La diferencia de los rasgos entre unas personas y otras es cuantitativa más que cualitativa, es decir, la mayoría de las personas tienen los mismos rasgos, pero aquellos que presentan con más intensidad son los que definen su personalidad. Por ejemplo, se puede ser un poco simpático o claramente antipático, un tanto retraído o francamente tímido. Las escalas de personalidad cuantifican estos rasgos y según las puntuaciones determinan la personalidad individual. Hay dos tipos de rasgos, los unipolares y los bipolares. El rasgo unipolar es el que, partiendo de cero, se extiende al límite máximo de la manifestación, es el caso de los rasgos somáticos como la talla y el peso, o la misma inteligencia. El rasgo bipolar es el representado por los polos opuestos que en el centro tienen el punto cero, como simpatía-antipatía, masculinidad-feminidad, introversión-extraversión… La personalidad viene definida sobre todo por rasgos bipolares.