La teoría hereditaria afirma que la inteligencia se transmite de padres/madres a hijos, mientras que la ambientalista apunta que la carga genética tiene poco valor si se compara con todas las circunstancias ambientales que acompañan al desarrollo intelectual, como son la salud, las relaciones familiares, los estímulos recibidos durante la infancia, las circunstancias sociales y la situación general. A través de los estudios realizados con gemelos homocigóticos (gemelos que proceden del mismo óvulo) y dicigóticos (aquellos gemelos que proceden de distinto óvulo), se ha visto que los primeros tienen niveles de inteligencia mucho más parecido que los segundos, hecho que apoya la teoría hereditaria; sin embargo, si estos gemelos se separan y crecen en diferentes familias, o sea, en distintos ambientes, sus niveles de inteligencia son diferentes, lo que confirma la teoría ambientalista. Lo más coherente es conjugar ambas visiones y aceptar en la inteligencia dos aspectos: el innato y el adquirido. Lo innato es lo que el individuo lleva consigo, que hereda, como las aptitudes. Después, actúa la adquisición de conocimientos y el entrenamiento, que refuerzan la inteligencia innata. En conclusión, el inteligente nace y se hace.
La inteligencia no es algo estático, desde el nacimiento se va desarrollando de forma rápida hasta la adolescencia, luego se estabiliza, aunque sigue mejorando en algunos aspectos, y a partir del paso adulto-anciano se inicia un deterioro o declive intelectual. Piaget estudió en profundidad el desarrollo intelectual, afirmando que los primeros años de vida son fundamentales para la maduración posterior, tanto de la inteligencia como de la personalidad, y que todos los niños se desarrollan igual, según el medio y los estímulos que cada uno recibe. Describe varias etapas en el desarrollo intelectual: la sensomotora y representativa, la de las operaciones concretas y la de las operaciones abstractas para pasar finalmente al pensamiento racional del adulto.
La forma más objetiva de medir la inteligencia los test diseñados para este propósito, pero en realidad, lo que valoran son aptitudes, conocimientos y capacidades del individuo. En un principio, la inteligencia se expresaba en función de la edad mental, unidad introducida por Binet, que se obtenía al comparar la edad real del sujeto con lo que sabía hacer. Si la edad cronológica y la edad mental coincidía, el sujeto se encontraba en la escala normal, si había alguna discordancia surgía la anomalía. Este concepto de edad mental sólo era aplicable a niños y adolescentes. Ahora se emplea el CI o Coeficiente de Inteligencia que es lo que miden los test de inteligencia:
Coeficiente de Inteligencia = Edad Mental / Edad Cronológica x 100
Existen muchos tests que se aplican según la edad del sujeto, lo más común es emplear un conjunto de ellos: una batería de test:
- El test de Goodenough o test de la figura humana es muy fácil de aplicar, ya que basta un papel, un lápiz y una escala de valoración.
- El Test de Raven o test de las matrices progresivas es un cuaderno con series de bloques de dibujos; en cada hoja el sujeto tiene que elegir de un bloque la figura que falta en el otro.
- El test de Wechsler se compone de 11 pruebas, 6 pverbales y 5 manipulativas, que exploran comprensión, aritmética, semejanzas, memoria de dígitos, vocabulario, claves, figuras incompletas, cubos, historietas y rompecabezas.
Del resultado conjunto de todas las pruebas se obtiene el coeficiente intelectual con unos valores que oscilan:
Escala | Clasificación |
130 y superior | Muy Superior |
120–129 | Superior |
110–119 | Arriba del Promedio |
90–109 | Promedio |
80–89 | Abajo del Promedio |
70–79 | Inferior |
69 e inferior | Deficiente |